Qué comer y qué no durante el embarazo
Existen muchos mitos que giran en torno a la alimentación de una mujer embarazada. Es cierto que en este periodo es importantísimo que cuidemos lo que comemos al máximo, pues de nuestros alimentos recibirá el bebe los nutrientes para su desarrollo. Aquí, cómo alimentarnos bien para mantenernos saludables y en forma.
¿Comer por dos?
Mucho hemos escuchado que cuando cargamos con un bebé en el vientre, tenemos que comer el doble. ¡Es falso! Lo cierto es que tenemos ajustar nuestra dieta a las necesidades específicas de nuestro embarazo. Lo importante no es comer más, sino mejor…
Equilibra las comidas
Resulta fundamental que seamos regulares en nuestras comidas; así, tendremos una mejor digestión y asimilación de los nutrientes, evitaremos la hinchazón del vientre y la acidez gástrica. Intenta hacer tres comidas diarias más un almuerzo ligero a media mañana y una pequeña merienda por la tarde. Nunca te saltes comidas y trata de respetar tus horarios.
Ajusta la ingesta de calorías
A medida que tu embarazo avanza, tu organismo requiere mayor cantidad de calorías. Es importante que las incluyas progresivamente en tu dieta para no aumentar demasiado de peso. El primer trimestre, aumenta tu ración de 150 cal al día, el 2° y 3er trimestre, pasa a 350 calorías suplementarias.
Equilibra los nutrientes
Procura consumir alimentos integrales y evitar las azúcares de asimilación rápida (las refinadas). No evites los lípidos (las grasas). Prefiere los aceites ricos en ácidos grasos esenciales.
El acido fólico, vitamina B9, juega un papel primordial en el desarrollo del bebé durante las primeras semanas de embarazo. Durante el embarazo es necesario consumir aproximadamente 500 mg de acido fólico al día. Esta sustancia se encuentra sobre todo en las verduras de hoja verde y también en la levadura, el hígado, la yema de huevo, el maíz, las castañas, las nueces, los aguacates, las almendras, el melón, los garbanzos y los quesos fermentados.
Evita estos alimentos
Carnes cocidas insuficientemente, pescados ahumados crudos, quesos elaborados con leche cruda, embutidos, alcohol. Reduce tu consumo de café y evita los alimentos demasiado calóricos.