Ellos nos sostienen, nos transportan y también enamoran a los hombres… no en vano, cuando conquistamos a alguien, se dice que “ha caído rendido a nuestros pies”. Por estas razones, merecen ser apapachados, cuidados y arreglados al máximo. ¡Aquí te decimos cómo tratarlos bien! Revísalos a menudo Usa un espejo para ver las plantas