Consejos a la hora de escoger un salvaescaleras
El salvaescaleras en madrid debe configurarse en función de la discapacidad funcional del usuario y de las especificidades técnicas del habitáculo. Por tanto, se deben realizar dos estudios antes de adquirirlo: un balance ergonómico del usuario, y un estudio técnico del entorno de la escalera.
Las principales dificultades funcionales son el uso de los miembros superiores e inferiores, la capacidad para mantenerse sentado, el peso, el sentido del equilibrio y la capacidad física del ayudante. Las principales dificultades técnicas son la anchura de la escalera, el espacio disponible entre la parte baja y la parte superior, o la altura del techo de la caja de la escalera.
Los elementos que se deben escoger se sitúan en la parte superior y en la parte baja de los escalones. Es aquí donde se posicionan los elementos estructurales más técnicos del salvaescaleras.
La instalación del salvaescaleras
Un salvaescaleras no puede aparcarse en el escalón de abajo, puesto que en ese caso la persona no podría montarse encima. Por esta razón, el punto de partida desde abajo de la escalera siempre debe posicionarse a nivel del suelo. Cuando no se utiliza, ocupa cierto espacio, y en algunos casos, en la parte baja de la escalera, la molestia de la silla elevadora impide circular con normalidad.
Cuando la escalera llega a un pasillo estrecho o desemboca en una puerta, o cuando la caja de la escalera es estrecha y la silla elevadora impide utilizar la escalera con normalidad por parte de otras personas, concretamente a un ayudante, el aparcamiento del salvaescaleras es la solución. Esta opción consiste en añadir una porción de rail que, girando 90 u 180 grados, libera la parte baja de la escalera.
Este aparcamiento en la parte baja no es una opción de comodidad en el salvaescaleras, sino la solución ante un problema técnico que normalmente todo el mundo se encuentra. Sin aparcamiento, el cliente no puede circular por la parte baja de la escalera, lo que sería realmente un gran problema a la hora de subir y bajar por ella.
Las ventajas de un aparcamiento en la zona baja de la escalera
La primera ventaja es que permite la circulación normal en un pasillo, abrir una puerta con normalidad, etcétera. La segunda ventaja es la de poder utilizar la escalera sin el salvaescaleras, puesto que otros miembros de la familia, puedan subir y bajar objetos voluminosos. Una tercera ventaja es poder conciliar el uso del salvaescaleras con otras ayudas para la movilidad, como por ejemplo unas muletas, o una silla de ruedas.
La persona efectúa la transferencia con facilidad en una zona despejada, posicionando las muletas, por ejemplo, al lado del salvaescaleras, y pudiendo recuperarlas a la bajada del salvaescaleras.