¿Qué son los celíacos?

El gluten lo encontramos por todas partes, comenzando por una buena barra de pan, el muesli de la mañana, o la tarta que tomamos como postre. Y desde hace algunos meses, se señala como estando en el origen de muchos males que no se habían descubierto hasta ahora.

Autor: Couleur-Pixabay

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Los micronutricionistas muestran una extrema prudencia en cuanto a sus beneficios, mientras que la medicina tradicional no se fía del todo. Por lo tanto, intentemos comprender con un micronutricionista lo que no funciona cuando no se tolera el gluten.

Lo que no se tolera

Cuando se habla de sensibilidad o incluso de intolerancia al gluten, el nutriente implicado es una mezcla de proteínas contenidas sobre todo en el trigo, la espelta, el centeno, etcétera.

El gluten lo encontramos habitualmente en nuestra alimentación. En las harinas concretamente, porque permite a la masa para fabricar la bollería o el pan ganar en elasticidad. Si la industria alimenticia lo utiliza masivamente, es por su poder para ligar y también por su bajo coste.

El problema está en que esta proteína agrede a las paredes internas del intestino delgado, impidiendo la absorción de muchos nutrientes esenciales para la salud. Y cuando la intolerancia es muy fuerte, esto puede provocar patologías más o menos graves.

¿Por qué se estigmatiza el gluten?

El trigo una vez transformado con el curso de los años, parece que afecta cada vez más a individuos que desarrollan una forma de intolerancia al gluten.  El organismo humano se transforma cada vez con menos rapidez para poder adaptarse. Pero esta intolerancia frente al gluten es muy difícil de identificar.

El problema más corriente que provoca el gluten es el de la hiperpermeabilidad intestinal.

¿Qué ocurre cuándo se es hipersensible al gluten?

De hecho, el intestino se e fragilizado por la proteína del gluten, un procedimiento que se agrava si se continúa ingiriendo este alimento y sin evitar el gluten, porque se termina debilitando el intestino continuamente.

El intestino inflamado se vuelve permeable, y las moléculas mayores de gluten pasan por el intestino de forma transitoria, hasta penetrar en el organismo. Esto influye entonces en otros receptores que no están en el intestino, como los receptores nerviosos, por ejemplo.

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